Hay un momento en que los ojos se abren de pronto al arte, igual que los oídos a la música o a un idioma que hasta entonces se ha estudiado con la sensación de no avanzar, o de hacerlo muy despacio. Pierre Francastel, Giulio Carlo Argan, Erwin Panofsky y E. Gombrich me enseñaron a mirar con los ojos bien abiertos las obras de arte y a buscar sus vínculos con el mundo real, intentando ver en ellas lo que vieron sus contemporáneos y comprender el lugar que ocupaban en sus vidas y en sus sistemas de creencias. Creo que fue de Baudelaire y de Marcel Proust de quienes empecé aprendiendo a escribir sobre arte, intentando usar las palabras como una lente de aumento para mirar mejor lo que se tiene delante de los ojos, en los cuadros y también en la realidad. Mucho más tarde, ya adulto, descubrí a Robert Hughes y quise tomar ejemplo de su apasionada claridad. Los ensayos de este libro se han ido escribiendo de manera intermitente a lo largo de casi veinte años. Al verlos juntos ahora, observo que el azar de los encargos y del puro paso del tiempo les ha ido dando una cierta unidad involuntaria, casi un hilo narrativo, que tiene mucho que ver con la deriva de mis intereses personales y mis aficiones, quizás con la ética y la estética que están implícitas en el trabajo de cada escritor. Antonio Muñoz Molina
| Sello |
Galaxia Gutenberg
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| Colección |
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| Categoría |
Sin categoría
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| Idioma |
Español |
| ISBN |
9788415472322 |
| Año |
2012 |
| Páginas |
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| Encuadernación |
Tapa Dura |
| Formato |
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| Peso |
g |
| Dewey |
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| BISAC |
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