Mamá Topa tiene tres hijitos: Oto, Lola y Paco.
Los tres son curiosos y aventureros y están ansiosos por conocer el mundo exterior. Primero fue el turno de Oto, quien salió a la mitad de un soleado día, vio los hermosos colores de las flores,
pero también vio cosas aterradoras que hicieron que volviera a casa. Después, fue Lola la que salió, ella no encontró vívidos colores, pero si hermosas lucecitas en el cielo y muchos animales curiosos… hasta que encontró algunos que la asustaron y decidió volver a casa. Paco, quien estaba muy emocionado por ser testigo de todo lo que sus hermanos ya habían visto, comenzó a cavar y cavar y cavar. Hasta que salió en medio de una gran cuidad donde no vio nada parecido a lo que sus hermanos le habían contado.
Una caja con tres libros de cartón para recordar que todo es distinto dependiendo de quién lo vea, y que, sin importar a donde uno vaya o qué es lo que uno vea, nunca habrá un lugar como el hogar.